El octavo día del decimosegundo mes, al amanecer , el Buda alcanzó el despertar. En ese momento, tocó la tierra con su mano derecha y dijo: “En este instante, la tierra, el cielo, las plantas y todo cuanto vive entre la tierra y el cielo han alcanzado conmigo el perfecto y supremo despertar”. El ocho de diciembre el mundo budista (me gusta muy poco esta expresión de mundo budista) conmemora este supremo despertar universal. Cada año los días previos a esta fecha son un periodo de práctica intensiva. En el Zen coincide con la sesshin que conocemos como Rohatsu. En nuestro templo de Seikyuji celebrarmos esta sesshin cada año junto a Raphael desde el primer momento.
Aunque evidentemente no podemos decir que unas sesshines son más importantes que otras, esta sesshin Rohatsu reune varias características que la diferencian de las del resto del año. Por un lado la duración, aunque cambia dependiendo de las fechas del puente de la Constitución, habitualmente es de más de dos días y medio. Este año será de cuatro días y medio. Por otro la intensidad de la concentración de la práctica en el dojo. Si en cualquier sesshin la vida del templo se gira en dirección al dojo, en esta aún más. Todo lo externo al dojo, samu, cocina, limpieza, se reduce al mínimo posible. Y por último el gran número de practicantes. Es habitual que sea la que, junto al campo de verano, congrege a más miembros de la shanga. Todo esto conforma una sesshin de una gran intensidad. Es larga, se acumula la fatiga, el dolor aparece, el frio, la humedad de esta época del año, la confrontación continua con el resto de los practicantes, el sufrimiento físico y mental…, el escenario de nuestra vida se manifiesta delante nuestra sin tapujos y es entonces que podemos observarlo, podemos permitirnos no hacer juicios, podemos permitirnos no elegir. Es zazen entregado a zazen. La sesshin Rohatsu es una gran oportunidad de experimentar todo esto. Quizás por eso la noche antes de su comienzo es dificil dormir. Quizás es por eso que he comenzado a escibir esto. Pronto la campana anunciará el comienzo de la jornada, el comienzo de la Rohatsu. Buena práctica a todos. Os lo deseo desde Seikyuji.
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