viernes, 19 de noviembre de 2010

¿Hacia donde y para hacer qué?

¿Hacia dónde vamos y para hacer qué?. Esta fue la pregunta planteada en el seminario anual de los enseñantes zen europeos reunidos en la Gendronnière el pasado mes de Octubre.
En el discurso de apertura; Jizo Forzani, que es el responsable de la oficina Soto Zen Europea dijo: “El budismo se ha difundido muy rápidamente en Europa por que sus pioneros estaban convencidos  de que lo que tenían que hacer era difundir, transmitir, enseñar. Hemos empezado a enseñar, incluso antes de empezar a aprender, olvidando muchas veces que el budismo existe antes que nada para ser vivido, de forma individual, uno por uno, por las personas que aspiran a seguir el camino que el Buda indicó.”
Esta pregunta y esta reflexión no solo está dirigida a los maestros europeos, todos los practicantes de la vía estamos implicados.  ¿Hacia donde vamos y para hacer qué en nuestra shanga, en nuestro templo, en nuestros dojos o grupos de zazen, en nuestra vida cotidiana?. 
Yo tengo que hacer mia esta pregunta y tengo que expresar una respuesta en mi práctica en el dojo, en el templo y en cada situación.  Desplegar la respuesta en mi vida de la misma forma que despliego el zagu en las ceremonias; delante mia, en silencio, recogido, sobrecogido y al tiempo completamente determinado a no seducir, a no dejarme seducir, a no abusar, a no dejarme abusar.. 
De como cada uno de nosotros, practicantes sinceros de la vía, desplegemos esta respuesta, dependerá el desarrollo futuro de la práctica en Europa.  Esto no es algo que dependa solo de los enseñantes reunidos en La Gendroniere, está en nuestras manos.  ¿Qué vamos a hacer con ello?.

1 comentario:

  1. ... está en nuestras manos. ¿Qué vamos a hacer con ello?.

    Jiso Forzani siempre insiste en esto, en nuestra propia responsabilidad, individual, solitaria. Precisamente en un correo que me envió ayer, entre otras cosas, me decía "...la cosa più importante è che la pratica sia lo specchio della propria vita e viceversa". Esto, que es obvio, al mismo tiempo es algo dificilísimo... convirtiéndose, por lo menos para mi, en un koan, que me quema, dia tras dia.

    Un abrazo

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