lunes, 21 de febrero de 2011

¿Por qué la vía...?

¿Por qué la vía provoca en nosotros tantas ilusiones?.  Si; ilusiones, fantasías, imaginación.  Pensamos que la práctica nos permitirá  sentirnos mejor como personas, que nos ayudará a controlar nuestro carácter, pensamos que las dificultades de la vida serán más suaves, que aprenderemos a pasar por encima de ellas sin mojarnos.  Pensamos que al practicar hacemos algo útil para nosotros, que estaría bien compartirlo con los demás, mostrarles lo bueno que es.  Ilusiones, fantasías, imaginación.  Creemos que nuestra vida será fácil, larga y saludable.
Y luego todas esas ilusiones, fantasías, imaginación las envolvemos con bellas palabras.  Estoy harto de bellas palabras. 
Repetimos nuestras bellas palabras mientras caminamos en círculos con la vista nublada por nuestros sueños, creando y recreando un mundo a nuestra medida.
Esa no es la vía. ¿Por qué nos resulta tan difícil ser exactamente lo que somos, estar simplemente donde estamos?.  Practicar no tiene nada que ver con transformar, con cambiar, practicar no es algo especial que nos convierte en seres especiales. La vía no es nada especial. Practicar la vía es, de alguna manera, dinamitar toda la experiencia construida en base a nuestros recuerdos, nuestras fantasías, nuestras ilusiones, nuestras esperanzas, demoler todo eso que da solidez a nuestras creaciones del mundo y abrir los ojos al mundo que es, en este instante.  Quizás a hacer esto es lo que llaman iluminación.  Yo no lo se, pero si no queremos llamarlo así me da igual. No lo llamemos de ninguna manera, es lo mejor.  Sea como sea, eso, no se encuentra ahí fuera, en algún lugar; eso, es sólo nosotros mismos en este instante.  No necesita de bellas palabras, de fantasías, de imaginación, de libros.  En realidad no necesita de nada que no sea nosotros mismos, aunque amigo, ese nosotros mismos, ese sólo nosotros mismos rebosa al mismo tiempo con la vida del universo entero.


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