martes, 1 de mayo de 2012

De maestros y discípulos


M.P.A. escribió: El Maestro Deshimaru supo, y al presente me remito para cersiorar mi parecer, muy bien donde sembro las semillas de la Via de Buda. Y seguro que en este mi humilde opinar estaran mis compañeros y compañeras del Dojo y del Templo conmigo, por que una de esas semillas que crecio es mi maestro Alfonso que nos traslada las enseñanzas del Maestro Deshimaru de corazon a corazon todos los dias bien en el Dojo bien en el Templo. Gracias maestro.

El término latino Magister, «maestro», designaba en la Antigua Roma, a una persona que tenía autoridad sobre otras.  Autoridad para enseñar, para formar, para guiar. En nuestra tradición (Budista Zen Soto) sólo aquel que ha recibido el certificado de transmisión o shiho de su maestro, recibe con esta acreditación la autorización para transmitir el linaje y los preceptos, al tiempo que le incita a desarrollar su camino de forma independiente del mismo.  El shiho acredita la preparación de alguien para educar, la llegada de un discípulo lo convierte en maestro. 
Esta es la forma que nuestra tradición reconoce.  Esto que no es para nada complejo adquiere una gran complejidad cuando se lo apropia la institución religiosa Sotoshu.  Creo sinceramente que para que nuestro dojo se consolide y sea viable en el futuro es necesario que se asiente firmemente sobre las bases que nuestra tradición establece (tradición y linaje no son lo mismo que institución religiosa), aún siendo consciente de que estas bases en el aspecto formal deberán ir cambiando y adaptándose a nuestra cultura.  Pero este es un proceso lento que con toda seguridad necesitara de mas de una generación para producirse.
Ahora bien, al mismo tiempo la palabra maestro en nuestra cultura arrastra una carga de unidireccionalidad que a mi personalmente no me gusta.  El maestro enseña, el discípulo aprende.  Prefiero la palabra amigo, amigo de bien..  La amistad desde la perspectiva de la práctica implica una relación bidireccional.  Sin duda hay un buen amigo que avanza delante, que puede ayudar, formar,  guiar y enseñar,  pero este buen amigo está al mismo tiempo aprendiendo, formándose, desarrollándose a partir de esta relación de amistad compartida.
Amigo, desde una perspectiva humana no puedo menos que sentirme alagado por tus palabras, pero al mismo tiempo en nuestra práctica debemos esforzarnos continuamente por poner todo en el contexto más adecuado para que esta se desarrolle sana y para que se impulse sin limitaciones hacia el futuro. Amigo, puedes contar con mi amistad en la vía y si en mi ves a alguien que puede serte de ayuda para formarte, para enseñarte o para guiarte en ella que sepas que es porque al mismo tiempo tu práctica sincera me ayuda a mi a desarrollarme. 
alfonso sengen fernández

2 comentarios:

  1. Sobre el buen amigo, kalyāņamitra, que es el término que se usó al principio en el budismo y que después, puede que como derivación confuciana, derivó en una mitologización del mismo que, en ocasiones, deforma su sentido original, recomiendo la lectura de este texto de mi "buen amigo" Yusin Marassi http://huellaszen.blogspot.com.es/2012/03/el-buen-amigo-mauricio-yusin-marassi.html

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar