sábado, 28 de diciembre de 2013

Fin de Año



Cuando Dogen regresó de China fue en primer lugar a su antiguo monasterio, al monasterio de Hieizan.  Allí se encontró con sus antiguos condiscípulos que le debieron recibir con bastante cautela.  Los monjes de Hieizan la preguntaron:

¿Qué es lo que has traido de China?.
Vengo con las manos vacías.
¿Aprendiste algo?
No mucho, amabilidad y gentileza. … que mis ojos son horizontales y mi nariz es vertical.

No mucho, amabilidad y gentileza…
Según pasa el tiempo siento que todo en nuestra práctica pasa a través de estas dos palabras:  Amabilidad y gentileza.  Gesto y detalle. Atención y cuidado.  Dejarse desbordar y achicarse. Perder las aristas y suavizarse.  Simplificar y volver a simplificarse…

Llegamos a las puertas de un nuevo año.  Otro más.  Otro año en el que podremos practicar juntos; o no, como queramos, pero sea como sea me gustaría desearos, desearme, que un poco de esta amabilidad y gentileza se instalen profundamente en nuestras vidas.   

Feliz año, amigos