domingo, 27 de junio de 2010

Mañana de Zazen

Ayer nos despedíamos del "curso".  Y lo hicimos, como no podía ser de otra manera, practicando zazen.

Durante los últimos diez meses hemos practicado en Kinema varias veces a la semana.  Nos hemos sentado, dispuestos cada vez a situar nuestra vida ante una encrucijada.  Dispuestos a dirigir la luz de la conciencia a nuestro interior.  Dispuestos a abandonar y dispuestos a compartir esta practica juntos como una shanga.

Para mi es una suerte y un privilegio poder hacer esto.  Me gustaría que para vosotros fuera parecido.  Y si es así, sin duda nuestra práctica será heredera de la que Maestro Deshimaru trajo a Europa.  

Durante dos meses no tendremos zazen en nuestro centro pero tenemos el Campo de Verano en el Templo de Seikyuji, el Campo de Verano en el Templo de La Gendronniere, tendremos también la oportunidad de sentarnos algún día en el parque, por la mañana... pero aunque no hagáis nada de esto, no penséis que vuestra práctica se detiene. Dogen en la primera frase del Fukan-Zazenji dice: " La vía es fundamentalmente perfecta.  Lo penetra todo".  Así que bueno será que pongamos atención en no perder nuestro tiempo y en mirar bien donde ponemos nuestros pies.

sábado, 19 de junio de 2010

Iniciación a la práctica

Entre ayer y hoy, ocho personas se han acercado a Kinema para practicar con nosotros por primera vez. Se han organizado unas jornadas de puertas abiertas y nosotros lógicamente hemos mostrado lo que tenemos: zazen.  
Siempre que alguien nuevo se acerca a practicar me pregunto que es lo que le trae.  Si pensaran que su vida  iba a ser en todo momento cómoda, segura y saludable.  Si tuvieran la garantía de esto, casi con toda seguridad ninguno de ellos se acercaría a zazen.  Estamos educados para perseguir la felicidad, para evitar el dolor, para ocultar el fracaso, para negar la muerte.  Sin embargo, la infelicidad, el fracaso, el dolor y la muerte están ahí y acaban convirtiéndose en el mayor acicate para practicar.  Inseguridad, fracaso, enfermedad, pérdida, impermanencia son un antídoto perfecto para nuestra imaginación, para nuestro egocentrismo.
Nos gusta pensar que las cosas en nuestra vida están bajo control,  pero la vida, una y otra vez nos pone en cuestión.  Aunque nos escondamos muy bien, aunque tapemos todas nuestras aberturas, el dolor y la impermanencia nos alcanzan una y otra vez.  Y no podemos deshacernos de esto fácilmente.  Como el dolor de rodillas durante zazen, mientras más lo negamos más presente está.
Por eso sólo podemos aceptar.  Aceptarlo, asumirlo, confrontarnos con todo esto y permitir que nos vaya desgastando, puliendo, limando aristas, aligerando nuestro equipaje, aligerando nuestro espíritu.
No es fácil.  Maestro Deshimaru decía: "no es un caramelo".
No es fácil caminar erguido sobre esta gran tierra, no es fácil seguir la vía, no es fácil entrar en el ataud.  No es fácil este camino pero sin duda es el más importante sendero que el ser humano puede recorrer.  Por eso cada vez que alguien se acerca a zazen por primera vez pienso que sea como sea y por lo que sea, es un gran momento para la vía.

domingo, 13 de junio de 2010

Guillermo me pregunta...


..si podría escribir un poco sobre Maestro Deshimaru.  

Intentar hacerlo sería una frivolidad por mi parte.  Es cierto que comencé a practicar con él, también es cierto que recibí la ordenación de bodhisattva y de monje de él y que durante tres años asistí a muchas de las sesshines que dirigió.  Pero no tuve una relación cercana.  Desde un punto de vista formal al recibir la ordenación eres  discípulo de quien te la da,  pero decirlo, al menos para mi, implica mucho más que una certificación formal. Y este algo más no se dió en mi relación con Sensei.

()Creo que en occidente hemos abusado de la palabra maestro.  Posiblemente aún no hemos sido capaces de digerir el fuerte contenido con el que nos ha llegado de oriente para metabolizarlo en nuestros esquemas culturales. Se nos llena la boca con la palabra maestro.  Pero he podido comprobar una y otra vez como algún condiscípulo ha pasado con pasmosa rapidez, de llenar el mundo con alabanzas sin límite hacia nuestro maestro a convertirlo en la raiz de todos los males de la humanidad.  Quizás sea la condición humana, no se.

Creo que un maestro es ante todo un amigo espiritual.  Y ahí amigo tiene una fuerza y un contenido que continuamente se nos escapa de las manos. Se dice que un maestro es como el fuego, si te acercas demasiado te quemas, si te alejas demasiado no recibes su calor.  Por tanto estar a la distancia adecuada y por supuesto no estoy hablando de distancia geográfica, es necesario para que pueda establecerse la relación. Esta distancia debe establecerse por ambos lados.  Sinceridad es otra condición imprescindible, necesaria también para ambos. Creo que el discípulo avanza de la mano del maestro pero al tiempo el maestro avanza gracias a este acompañar.
Sea como sea es un tema enormemente complejo sobre el que yo personalmente debo reflexionar profundamente para intentar entenderlo.()


Cuando Raphael nos habla de Maestro Deshimaru, él  nos habla de su maestro.  Él era su discípulo. Discípulo cercano. Acompañó y ayudó a Sensei en su misión hasta su muerte.  Él, por tanto, puede con todo derecho hablar de su maestro, yo no. 

Guillermo, como mucho te puedo hablar de mis impresiones y quizás contarte alguna experiencia pero nada más.

Si tuviera que utilizar una sola palabra para calificar la impresión que Maestro Deshimaru me producía, creo que sin dudarlo utilizaría la palabra solidez.  Si observabas su postura de zazen esta transmitía una absoluta sensación de solidez.  A menudo se utiliza en el zen la imagen de la montaña, sensei sentado en zazen parecía una enorme y sólida montaña.  Pero no sólo en zazen, cuando andaba, cuando realizaba las ceremonias, todo en él desprendía una impresión de solidez.  También sus esfuerzos para implantar el zen en Europa, creo que tenían la fuerza que tenían gracias a la solidez de su decisión de hacerlo. Supongo que como cualquier ser humano pasaría por sus momentos de duda pero cuando enseñaba el Dharma nada manifestaba la menor fisura.

Pero al tiempo, en cada ocasión que pude estar cerca de él o en las pocas ocasiones que pude hablar con él directamente, sentí algo que no es habitual; la certeza de que ese ser humano que estaba delante mío, estaba en ese instante, absolutamente atento a mi. Estamos tan poco acostumbrados a esta sensación que cuando alguien te la provoca puede embriagar.

La vez en la que pasamos más tiempo junto a Sensei, fue durante la sesshin que dirigió en Barcelona.  Era la primera vez que venía a España.  Se comprometió para venir a Sevilla al año siguiente, pero cuando llegó la fecha ya se encontraba  enfermo por lo que nunca llegó a venir personalmente.

Llegó a Barcelona un par de días antes de la sesshin. Durante este tiempo un grupo, literalmente acampamos en la recepción de su hotel.  Manteníamos guardia permanente, siempre dispuestos a robar un poco de tiempo en su compañía.  Paseó por Barcelona, por la Ramblas.  Esto fue todo un espectáculo.  Sensei con su kolomo seguido por un rebaño de discípulos y discípulas, muchos rapados y con pintas extrañas.  La gente se paraba, se giraba, abría la boca y después de unos momentos de paro funcional seguía su camino, supongo que con tema de charla para la comida.  Comimos con él, le acompañamos a la conferencia en la Universidad, al dojo de Barcelona y por supuesto a la sesshin. 

Fue la vez que de una manera más cercana y cálida sentimos su presencia.  Yo aún la siento. Y aunque él no llegó a venir a Sevilla, Etianne, Raphael lo han traido con ellos cada vez en su práctica.  Así que no hay ningún motivo para pensar en esa época como en un momento especial que algunos privilegiados vivimos. Ahora no es para nada distinto.




miércoles, 9 de junio de 2010

y 6.- Ahora estamos aquí

De la misma forma que quien planta un gran árbol sabe que en todo su esplendor lo disfrutarán las generaciones futuras y no él, cuando se participa en el nacimiento de un Templo o de un Dojo debe asumirse que lo que se hace se desarrollará plenamente en el futuro.  
Desde que llegamos a La Morejona, la finca en la que se ubica nuestro Templo de Seikyuji, han pasado veintidos años.  Sin duda en este tiempo el espacio físico -gracias al trabajo de muchos que están y de muchos que no están y a los que nunca podremos olvidar- ha sufrido un gran cambio, un esplendoroso cambio.  Pero quizás, y esa es mi opinión, más importante aún ha sido el cambio que se ha producido en nuestra Shanga.  
Decididos a practicar el Dharma de Buda, juntos como Sangha, en torno a nuestro amigo de bien Raphael.  Ese es el verdadero gran árbol que estamos plantando para el futuro.  Seikyuji es el medio en el que esta semilla se transforma en árbol.  El lugar no es demasiado importante, puede cambiar sin que para nada lo esencial se vea afectado.  

Es en este instante de la práctica del Soto Zen en Sevilla, nuestro dojo: El Dojo Zen de Sevilla Kaiko trata de continuar ayudando al desarrollo del Zen Soto en nuestra ciudad, manteniendo el impulso que Maestro Deshimaru nos dio, que Etianne Zeisler consolidó y que ahora Raphael asienta firmemente. Gloria y yo practicamos desde 1978, somos por tanto coartífices de todo la historia del Zen en Sevilla y queremos seguir siéndolo mientras las energías nos lo permitan.  Reivindicamos plenamente como nuestra esta historia, asumiendo con ello la responsabilidad de transmitir esto que hemos recibido, de empujar todo esto hacia el futuro.  Establecer un dojo es una tarea delicada, en estos años hemos avanzado mucho, pero para nada eso asegura que quede consolidado para el futuro.  Nadie sabe esto, nadie conoce lo que pasará, pero sea lo que sea por favor, no olvidéis que nuestra práctica no tiene fin.  Ocurra lo que ocurra en el futuro, ahora estamos aquí, practicando juntos, disfrutando de practicar juntos.  Lo demás es otra historia que ya alguien contará en su momento.

Esto que he relatado, evidentemente no aspira a ser la historia del Soto Zen Sevillano.  Apenas son unas pinceladas, muchas cosas importantes han quedado fuera. Pero creo que es suficiente, para que los que comencéis la práctica en nuestro dojo, podáis entender de donde venimos ya que hacia donde vamos, eso, está solo en vuestras manos.

martes, 8 de junio de 2010

5.- Buscamos un Templo

Organizar una sesshin, en una época en donde sólo disponíamos de centros religiosos cristianos para hacerlo, era complicado.  Éramos recibidos con amabilidad, sin duda, pero las condiciones para desarrollar una sesshin no eran a menudo las más adecuadas.  Quizás por esto, desde que la primera sesshin terminó, empezamos en el dojo a madurar la idea de encontrar un lugar, de nuestra propiedad, en donde pudiéramos organizar las sesshines con total libertad.
No era un objetivo sencillo pero quién había dicho que nos gustaran las cosas fáciles.  Durante años, primero como Dojo de Sevilla y a partir de 1984 como Asociación Cultural Dojo Zen de Andalucía, buscamos y rebuscamos por muchos lugares sin encontrar nada adecuado.
Pero cuando la idea había madurado lo suficiente apareció la ocasión. En nuestro caso llegó de la mano del padre de una de nuestras compañeras en el dojo.  Este fue encargado de la venta de una considerable extensión de olivar que incluía un cortijo.  No tenía demasiados problemas para vender la tierra, pero ¿qué agricultor querría gastarse su dinerito en un cortijo semiabandonado? Ahí aparecimos nosotros.  Cerca de Sevilla,  a unos cincuenta kilómetros por autovía, con una extensión suficiente, suficientemente aislado y con elementos en uso que permitirían su utilización inmediata.  Era casi perfecto.  El casi incluía un precio que con nuestros ahorros no podíamos pagar y una perspectiva de trabajo descomunal.  Pero gracias a los fuses fue posible avanzar.

() Fuse - Dana Prajna Paramita- el don: Los sutras nombran tres tipos de fuse: -Los fuses materiales; dinero, comida, trabajo... -Los fuses inmateriales; apoyo, consuelo, empatía... -El fuse del Dharma; nuestra práctica de zazen...  
Sean materiales, inmateriales o del Dharma lo más importante es olvidar lo que se da y olvidar a quien se da.  El que da, el que recibe y lo que se da no existen el uno sin el otro, cada uno incluye al otro y los tres están vacíos.
No apegarse a nada es el más alto fuse, el más alto don. ()


Los primeros tiempos en La Morejona fueron muy duros.  Íbamos casi cada fin de semana a trabajar.  Cuando llegábamos lo primero era sacar lo imprescindible para dormir y cocinar del "bunker".  Llamábamos así a una pequeña habitación en la que guardábamos lo mejor posible lo poco que teníamos.  Sacarlo, limpiar el lugar en el pondríamos nuestros colchones; no podéis ni imaginar hasta que punto todo estaba sucio; preparar la cocina, el dojo.  Cuando terminábamos con esta fase previa ya estábamos agotados y luego zazen, samu y al final limpiar y recoger todo de nuevo.  Sin duda estábamos tocados por un espíritu que nos impulsaba: Dana Prajna Paramita.

El trabajo que inicialmente estuvo en manos de practicantes del dojo de Sevilla, arrastró a los de Andalucía y más tarde a los de toda la península ibérica.  Gracias al impulso que Raphael Doko Triet le dio, sus discípulos fueron incorporándose a este trabajo desde todas partes de España,  desde Portugal,  desde Francia...
La asociación que era de ámbito Andaluz se quedó pequeña.   Los miembros de la asociación dando muestras de su generosidad en la práctica, transformaron voluntariamente esta asociación andaluza en otra en la que entraran todos, vinieran de donde vinieran.  Este paso fue el que permitió que el cortijo se transformara en un lugar de práctica y este en un templo.

Nuestro templo, el lugar en que nuestra shanga se transforma.  A menudo por la fricción, que permite que nuestras aristas se pulan.  No siempre es fácil, pero como dije al principio: ¿quién ha dicho que nos gusten las cosas fáciles?



sábado, 5 de junio de 2010

4.- Ordenaciones




Tras nuestra estancia en la Gendronniere fuimos a París para las ordenaciones. Alonso y yo le habíamos solicitado a Sensei la ordenación de bodhisattva, así que Gloria y yo nos reunimos con él en París y esperamos juntos, haciendo un poco de turismo el día de la ceremonia. Mientras tanto, por supuesto íbamos al dojo a hacer zazen por la mañana y por la tarde.
El dojo de Pernety. Para nosotros era como un imán. Durante los días que pasamos en París volvíamos una y otra vez a ese lugar no sólo para hacer zazen sino para disfrutar un poco de la energía -siempre utilizo esta palabra con mucha reticencia- que circulaba por allí. Este dojo de Pernety era el centro del mundo zen para nosotros, un poco como nuestra Meca particular.
El Domingo 13 de Enero de 1980 fue el día de nuestra ordenación.

() .- ¿Qué representa la ordenación? Le preguntaron una y otra vez a Maestro Deshimaru.
.- " ¡Significa convertirse en hijo de Buda! Vuestro Karma se transforma después de la ordenación. Aunque queráis hacer el mal no podréis. Es algo automático y natural. No se trata de un compromiso voluntarista. Automáticamente no podréis hacer el mal y aunque lo hagáis, el deseo de hacerlo disminuye rápidamente. Las pasiones disminuyen inconscientemente por el comportamiento del cuerpo. De esta manera podréis seguir el orden cósmico inconscientemente, naturalmente,automáticamente. ()

Pues ahí estábamos dispuestos a seguir el orden cósmico. Tras esta ceremonia de ordenación que era al mismo tiempo la primera a la que asistía y la mía; he asistido a un sinfín de ceremonias de ordenación. Creo que podría repetir cada paso sin tener que seguir ningún guión, sin embargo puedo aseguraros que no recuerdo absolutamente nada de esta. Sólo conservo una imagen en la que me veo en el centro del dojo junto al resto de los participantes en la ordenación. Ya está, no recuerdo nada más. Estaba como en una nube de la que salí con un rakusu, mi rakusu de Bodhisattva en las manos. El símbolo material más elevado de nuestra práctica. El que cada mañana ponemos en la parte más elevada de nuestro cuerpo, sobre nuestro cráneo, sobre nosotros, mientras recitamos el Sutra del Kesa.

() .- ¿Qué significa el Kesa?
.- "El kesa, el rakusu es la esencia del budismo, el símbolo de Buda. El principal objeto de fe en el zen. El primer kesa se realizó con las mortajas de los muertos, con los paños utilizados en los partos y en las reglas de las mujeres...todo lo que estaba manchado, lo que nadie quería y estaba destinado a la basura. Lavaron estos paños, los desinfectaron con cenizas, los cosieron y así se convirtieron en el hábito del monje, el hábito más elevado. La materia más baja puede llegar a ser la más pura. Lo mismo sucede con nuestro espíritu." - Preguntas a un Maestro Zen- Editorial Kairós.()

No sabría explicar cómo ni por qué, pero tengo la certeza de que mi fe en este rakusu ha permitido que en mi vida siempre hubiera un estabilizador. No encuentro otra palabra que lo defina mejor. Mi fe en el kesa ha funcionado a la manera de un estabilizador. Ha impedido que me hundiera en las profundidades del mar. Siempre me ha mantenido a flote. No penséis que hablo de un talismán. La tela no tiene ningún valor, es la fe en el símbolo la que actúa en nuestro espíritu. A diferencia del cristianismo en el que la fe es un don gratuito de Dios; Dios se la da al que quiere y se la quita al que quiere. En nuestra práctica nosotros creamos, acrecentamos, consolidamos nuestra fe cada mañana. En zazen, con el kesa o el rakusu sobre nuestra cabeza. Inconscientemente nuestra fe crece y el kesa se preserva para el futuro. Nos influencia sutilmente, influencia a los demás, ahora, en el futuro e incluso creo que extiende esta influencia hacia el pasado.

"Vestidura de la Gran Liberación.
Kesa del campo de la felicidad ilimitada.
Recibo con fe la enseñanza de Buda,
para ayudar a todos los seres sensibles."