domingo, 24 de junio de 2012

Un voto de final de curso


¿Qué hacemos aquí?, ¿para qué venimos aquí, a este dojo en Sevilla?, ¿para qué practicamos?, ¿qué estamos haciendo con  nuestra vida?, ¿hacia dónde la dirigimos?, ¿para qué utilizamos nuestros sentidos?, ¿hacia dónde orientamos nuestras capacidades?.  Podríamos continuar planteando cuestiones de este tipo durante mucho tiempo, pero si queremos resumir podríamos preguntarnos simplemente: ¿qué es lo que queremos expresar con nuestra vida en este instante?, ¿qué es lo que queremos expresar con cada uno de nuestros actos instante tras instante. Con cada acción, con cada pensamiento, con cada gesto, con cada palabra?.
Esta pregunta tiene que habitar en el corazón de nuestra práctica.  Esta pregunta debe animar y estimular nuestra vida.  Debe resonar en cada una de nuestras células.  Es una pregunta que debemos plantear con la mente a la mente y con el cuerpo al cuerpo. Debe penetrar hasta el fondo de nuestro ser.  Si es así, aunque vivamos en el mundo, aunque las actividades de nuestra vida sean del mundo, en nuestra vida no habrá nada de mundano.  Y si este cuestionamiento continuado no anima nuestra vida, aunque nos retiremos a un lugar apartado del mundo, a una ermita en la montaña profunda, nuestra vida será completamente mundana.

Alguien, no recuerdo quién, dijo: “una suave brisa se extiende por el universo”.  ¿Podéis sentirla?.  Si la pregunta: ¿qué es lo que quiero expresar con mi vida ahora?, ha penetrado hasta nuestra médula, entonces seguro que la sentimos.  Cada cosa con la que nos encontramos trae esta brisa consigo, cada instante se convierte entonces en sagrado, cada gesto expresa entonces naturalmente, inconscientemente y automáticamente nuestro despertar.

Amigos, cuando practicamos juntos en este dojo podemos sin duda sentir como esta suave brisa se esparce  por todo nuestro alrededor.  Amigos, cuando practicamos juntos esta suave brisa se intensifica expandiéndose sin ningún limite.  Aunque ahora, durante dos meses nuestro dojo permanezca cerrado, nuestra práctica continua, nuestro vínculo continua.  ¿Qué queremos expresar con nuestra vida en este instante?.  Que esta pregunta, que la actualización instante tras instante de esta pregunta se convierta en la base, en la piedra angular de nuestro dojo.  Cuando otro curso termina, quiero que este voto quede aquí manifestado delante nuestra.