viernes, 25 de febrero de 2011

El vasto cielo


“El vasto cielo no pone obstáculos a las blancas nubes flotantes.” 
Reencontrarme con esta frase de Sekito hace unos días me conmovió.  Según el diccionario, algo nos conmueve cuando nos provoca un sentimiento interior o cuando produce un movimiento.  Algo nos conmueve entonces cuando provoca un movimiento en nuestro interior.  Sin duda para mi fue así.  Al releer esta frase, levemente, suavemente, algo se movió en mi interior.  Este pequeño movimiento, de una manera también muy leve y muy suave provocó que a partir de ese punto todo lo demás se recolocara. ¿Qué es esto que se mueve, que es todo lo demás?.  No sabría decirlo, no tengo nada sólido que agarrar para tratar de entenderlo, de explicarlo y aunque lo tuviera no tengo sabiduría para expresarlo.  Pero la vía, la práctica, está llena de pequeños destellos que nos conmueven: gradualmente de forma más profunda; súbitamente cada vez.  Permitir que ocurra. Permitir que la práctica nos conmueva. No obstaculizar las blancas nubes, no tratar de ayudar al vasto cielo.

lunes, 21 de febrero de 2011

¿Por qué la vía...?

¿Por qué la vía provoca en nosotros tantas ilusiones?.  Si; ilusiones, fantasías, imaginación.  Pensamos que la práctica nos permitirá  sentirnos mejor como personas, que nos ayudará a controlar nuestro carácter, pensamos que las dificultades de la vida serán más suaves, que aprenderemos a pasar por encima de ellas sin mojarnos.  Pensamos que al practicar hacemos algo útil para nosotros, que estaría bien compartirlo con los demás, mostrarles lo bueno que es.  Ilusiones, fantasías, imaginación.  Creemos que nuestra vida será fácil, larga y saludable.
Y luego todas esas ilusiones, fantasías, imaginación las envolvemos con bellas palabras.  Estoy harto de bellas palabras. 
Repetimos nuestras bellas palabras mientras caminamos en círculos con la vista nublada por nuestros sueños, creando y recreando un mundo a nuestra medida.
Esa no es la vía. ¿Por qué nos resulta tan difícil ser exactamente lo que somos, estar simplemente donde estamos?.  Practicar no tiene nada que ver con transformar, con cambiar, practicar no es algo especial que nos convierte en seres especiales. La vía no es nada especial. Practicar la vía es, de alguna manera, dinamitar toda la experiencia construida en base a nuestros recuerdos, nuestras fantasías, nuestras ilusiones, nuestras esperanzas, demoler todo eso que da solidez a nuestras creaciones del mundo y abrir los ojos al mundo que es, en este instante.  Quizás a hacer esto es lo que llaman iluminación.  Yo no lo se, pero si no queremos llamarlo así me da igual. No lo llamemos de ninguna manera, es lo mejor.  Sea como sea, eso, no se encuentra ahí fuera, en algún lugar; eso, es sólo nosotros mismos en este instante.  No necesita de bellas palabras, de fantasías, de imaginación, de libros.  En realidad no necesita de nada que no sea nosotros mismos, aunque amigo, ese nosotros mismos, ese sólo nosotros mismos rebosa al mismo tiempo con la vida del universo entero.


martes, 8 de febrero de 2011

Sandokai

Desde hace algunos meses en Sevilla, en nuestro dojo, hemos empezado a recitar el Sandokai en alguna de las ceremonias de la mañana.  Creo que es importante contar con una traducción de este texto.
El Sandokai fue escrito por el Maestro Sekito.  El nombre Sekito se traduce por “cabeza de piedra”.  Parece que este nombre le viene de sentarse en zazen en una cabaña que construyó sobre un saliente rocoso en el monte Heng.  En esta pequeña ermita con techo de paja escribió “El canto de la cabaña del techo de paja”.  En una de sus estrofas dice:

“Aunque la cabaña sea minúscula, contiene el universo entero.
 En diez pies cuadrados, un anciano ilumina las formas y su esencia.”

Los dos discípulos más conocidos de Eno fueron Seigen y Nangaku.  Seigen tuvo como Discípulo a Sekito (nieto por tanto en el Dharma de Eno) y Nangaku a Bassho.  En Sekito y en Bassho, sereno y penetrante uno, espontáneo y directo otro, se encuentran ya bastante definidos los gérmenes de lo que más adelante se conocerán como escuelas Soto y Rinzai.
Parece ser que el Sandokai tiene una importante influencia taoista, de hecho toma el nombre de un texto taoista que trata sobre el I-ching.
Los fenómenos (san), la esencia (do) entran y salen el uno de el otro.  Eso es Kai.

Hay varias traducciones de este texto en castellano.  Esta que os adjunto es fluida, me gusta especialmente, pero podéis encontrar otras   Tanto el Maestro Deshimaru como el Maestro Suzuki lo comentaron.  Os animo a leer estos comentarios.


SANDOKAI - IDENTIDAD DE LO RELATIVO Y LO ABSOLUTO



La mente del Gran Sabio de la India fue íntimamente transmitida del Este al Oeste.
Entre los seres humanos hay hombres sabios y otros que lo son menos, pero en la vía no hay patriarca del Norte ni patriarca del Sur.
La fuente espiritual brilla claramente en la luz, los afluentes fluyen en la oscuridad.
Aferrarse a los fenómenos es ilusión; encontrar la esencia no es la iluminación.
Los objetos de los sentidos (las esferas objetivas y subjetivas) son interdependientes y al mismo tiempo son absolutamente independientes.
La interacción produce implicación y sin embargo cada fenómeno se mantiene en su propio lugar.
Las imágenes varían en calidad y forma; el sonido distingue armonías y disonancias.
La obscuridad hace todas las palabras una (no distingue entre refinadas y vulgares), en la luz se distinguen frases claras y las oscuras.
Los cuatro elementos regresan a su naturaleza igual que un niño regresa a su madre.
El fuego es caliente, el viento se mueve; el agua es húmeda, la tierra sólida.
Ojos e imágenes, oídos y sonidos, nariz y olores, lengua y sabores.
Todos los fenómenos dependen de estas raíces, son como las ramas y hojas de un árbol.  
El tronco y las ramas comparten la misma esencia.
En la luz hay oscuridad, pero no la veáis sólo como oscuridad;  en la oscuridad hay luz pero no la veáis sólo como luz.
Luz y oscuridad se oponen la una a la otra, como el pié de derecho e izquierdo al caminar.
Cada cosa tiene su propio valor en sí mismo y está relacionado a todo lo demás de acuerdo con su función y posición.
La vida ordinaria encaja en lo absoluto como una caja y su tapa.
Lo absoluto trababa junto con lo relativo, como dos flechas encontrándose en el aire.
Al oír estas palabras deberías comprender la gran realidad.
No juzgues por vuestras propias normas.
Si no sois capaces de comprender el camino (la vida cotidiana) que tenéis delante, ¿cómo podréis reconocer la vía?.

La práctica nada tiene que ver con lejos o cerca, pero si os apegáis a la idea de bueno y malo, montañas y ríos obstruirán vuestro paso.
Yo digo respetuosamente a quienes deseen alcanzar la iluminación: no perdáis el tiempo ni de día ni de noche.  (no paséis en vano a través de la luz y de las sombras –Suzuki)

sábado, 5 de febrero de 2011

Temas de reflexión

Un tema que aparece periódicamente  en las conversaciones  de la shanga, es el de  si determinadas responsabilidades en un templo o en un dojo deberían ser asumidas exclusivamente por monjes o no.  Personalmente no es una cuestión que me preocupe lo más mínimo. No perdería ni un instante en discutir sobre esto si no creyera que es un tema interesante no por si mismo sino por el gran número de otras consideraciones que arrastra tras él.


Por ejemplo; se repite a menudo cuando surge este u otro tema de discusión parecidos, que alguien en algún momento de la conversación dice: “Esto es  así porque en nuestra tradición-escuela siempre ha sido así”. Después de esta frase determinante, todos asentimos y nos quedamos tan panchos.
A mi en primer lugar me gustaría saber si cuando decimos algo de este estilo, estamos haciendo referencia al Japón actual, nos remontamos a lo que ocurría en la china de los Song, a las cinco dinastías o quizás a la India Búdica. En cada uno de estos momentos y por supuesto también en todos los intermedios, ha sido diferente, ahora es también diferente.  Lo esencial no cambia pero las condiciones y características si.  Entonces desenmarañar lo esencial de entre todo el conjunto de condiciones y características cambiantes es el trabajo asignado a cada generación.  La nuestra no puede ser ajena a esto.
Aceptar que las cosas son así, simplemente por que siempre han sido así no es algo que debamos asumir, tampoco debemos asumir que la normativa que caracteriza a la ética confuciana invada la ética budista; no son la misma cosa.  Asumir todas estas cosas es  desentendernos de nuestra responsabilidad en este momento histórico preciso.

Plantearnos que significa ser monjes zen ahora y aquí.  Plantearnos si no estaremos minusvalorando la figura del Bodhisattva esencial en el desarrollo del Budismo Mahayana.  Plantearnos qué  significa tomar refugio en el Buda-Dharma-Shanga. Plantearnos si profundizar en nuestra herencia más cercana debe significar al mismo tiempo aceptar como válidas las cargas simbólicas de estatus, autoridad, grados, que parecen acompañarla o tratar de dejarlas a un lado, etc, etc.
Reflexionar y hacer evolucionar todo esto es nuestro trabajo ahora. En nuestro dojo en Sevilla, en nuestro templo,  en cada lugar de práctica. No podemos delegarlo.