viernes, 31 de diciembre de 2010

Fin de Año




Es el momento de resolver los asuntos pendientes, de dejar atrás todo lo que en nuestra vida está estancado,  de abandonar todas las complicaciones de nuestro espíritu y permitir que el año nuevo nos renueve. 
Es evidente que el fin de año es un símbolo, todos sabemos que nada es diferente el  1 de Enero, pero a la vez el impulso que cientos de millones de personas alrededor de todo el mundo le dan a este símbolo, lo llena de vida, de fuerza, de magia.  Así que esta magia convierte a esta noche en un buen momento para soltar, para vaciar, para renovar, para agradecer, para olvidar, para perdonar….

Vivir este momento, aquí en Seikyuji, practicando zazen, celebrando la ceremonia de fin de año es un privilegio.  Llegada esta hora siempre recuerdo este poema de Riokan.  Que él os acompañe en el tránsito al nuevo año.

“En el mundo entero, en este fin de año,
los clamores de los hombres y de las mujeres.
Sólo, en mi choza de paja, perfectamente en calma,
¿Cómo no darle gracias al Buda?.
Sentado en meditación, arde el incienso.”

domingo, 19 de diciembre de 2010

Sufrimiento

Una persona añadió hace unos días un comentario a la última entrada sobre la sesshin Rohatsu en la que decía: “después de la tormenta viene la calma, es normal entrar en el Nirvana después de seis días de sufrimiento”.  No es mi intención hacer un comentario a los comentarios pero creo que la persona que ha hecho este toca un punto muy importante que merece una reflexión.

Creo que en nuestra sociedad de consumo, de satisfacción inmediata hemos perdido la perspectiva de lo que desde la visión del budismo significa sufrimiento: La noble verdad del sufrimiento es la primera de las cuatro nobles verdades que el Buda expone en su primer sermón

“Ésta, monjes, es la Noble Verdad del Sufrimiento. El nacimiento es sufrimiento, la vejez es sufrimiento, la enfermedad es sufrimiento, la muerte es sufrimiento, asociarse con lo indeseable es sufrimiento, separarse de lo deseable es sufrimiento, no obtener lo que se desea es sufrimiento. Los cinco agregados  son sufrimiento”.

Si queremos encontrar algo que iguale a todos los seres sintientes, hayan o no desarrollado la consciencia, sin duda esto es el sufrimiento. Los seres humanos seamos hombres o mujeres, ricos o pobres, inteligentes o estúpidos sufrimos. Por lo que queremos y no tenemos, por lo que tenemos y nos gustaría evitar, sufrimos por lo que está cerca y por lo que está lejos, por lo que ya pasó y ahora es nada y por lo que imaginamos  que pasará y ahora es nada.  Incluso en los momentos de felicidad, de placer el germen del sufrimiento está presente, ya que sabemos que esto de lo que ahora disfrutamos, esto que ahora nos hace felices,  es esencialmente impermanente y se nos escapará de entre los dedos.  Tenemos un sentimiento constante de que algo nos falta, un hueco que hay que rellenar.  Pero ese hueco es como un agujero negro, todo se lo traga y nunca se sacia.  Corremos detrás de lo próximo que con toda seguridad saciara esta necesidad pero…

El sufrimiento es sin duda la enfermedad con mayúsculas del ser humano.
Por eso el primer paso en la vía es enfrentar este sufrimiento. 
El Dalai Lama tiene una frase genial sobre esto, dice:  “tan sólo los idiotas quieren sufrir más”.  No deberíamos olvidar esto en ningún momento: “Tan solo los idiotas quieren seguir sufriendo”.
Entonces si hay un medio para liberarse del sufrimiento conviene invertir cada instante en encontrarlo. La práctica de zazen no debe añadir, ni siquiera en la intensidad de una sesshin como la Rohatsu, sufrimiento a nuestra vida.  Sólo nos debe mostrar la realidad tal como es.  Debe ponerla delante nuestra con toda la carga que arrastra y a la vez con todo el potencial que posee.  Este poner delante choca con nuestros hábitos de escapar, de huir, de alimentar falsas expectativas, de tratar de acceder a falsos refugios.  Son estas las causas del sufrimiento, no zazen.  Zazen sólo nos las muestra sin veladuras.
 
Zazen no es una prueba de sacrificio, no es una prueba física de resistencia.  Nadie debería entender que el dolor físico que en determinadas condiciones aparece durante zazen tiene un valor positivo, o que es una señal de que todo marcha adecuadamente, sólo muestra los hábitos las tendencias de nuestro cuerpo.  Hay que aprender a corregir estas tendencias pero debemos ser capaces de hacerlo con delicadeza y compasión, descubriendo el punto medio entre ir más allá y violentar nuestra naturaleza.   En nuestra sesshin Rohatsu por ejemplo los zazenes son de treinta minutos con diez minutos de KinHin a continuación.  No todo el mundo tiene las mismas características así que cada uno debe observar y profundizar a partir del lugar en el que esta.  Para cada uno esta delicadeza tiene un color, cada uno debe descubrirlo.  Si juntamos nuestra mentalidad judeo cristiana que defiende que el dolor es el resultado de nuestros terribles pecados a la decoración estilo samurai del zen que algunos adoptan, entonces la práctica de la violencia sobre nosotros mismos está servida.  Pero eso no es zazen, al menos tal y como yo lo entiendo ahora. Mis características físicas personales no me facilitan la práctica de la postura.  A veces me resulta muy dolorosa.  Durante treinta y dos años he pasado por periodos muy diferentes en mi apreciación de todo esto.   Pero mi práctica se desarrolla a partir de ahí.  A veces avanzando por vericuetos retorcidos.  Otras por terreno despejado.  Esa es mi práctica, no La Práctica.  Cada uno debe entender por si mismo.


Es evidente que este es un tema complejo y posiblemente no soy yo la persona indicada para ir más allá de estos simples esbozos.  Tomarlo por tanto tan sólo como una aportación más. 


Me he permitido tomar el dibujo  de la página que os adjunto.  En ella podreis encontrar un artículo sobre este tema muy interesante.

martes, 7 de diciembre de 2010

Rohatsu Sesshin 5

Raphael ha recordado esta mañana que estamos en el cuarto día de la sesshin, que estamos llegando al final de la Rohatsu. 
Según el budismo clasico, Buda tras su iluminación permaneció durante seis semanas en aquel lugar. Algunos textos relatan sus dudas sobre que hacer a partir de ese momento.  Un texto dice: “Al cabo de tanto esfuerzo y sufrimiento, he sido capaz de captar la suprema verdad.  Pero he abandonado la idea de explicársela a nadie.  El mundo, que sufre de la lujuria y el odio encontraría ciertamente dificil comprender esta enseñanza, pues es sutil y gran parte de su contenido va en contra de las opiniones comunes del mundo.  Inflamados por las pasiones sensuales y envueltos en los opacos velos de la más negra ignorancia, los hombres nunca serian capaces de comprender esta enseñanza”.
Sin embargo volvió al mundo, “bajó de la montaña” y comenzó a transmitir su enseñanza.  Desde entoces este Dharma ha impulsado, como corazón eterno, el ritmo de la sangre, trasmitida de generación en generación hasta este momento, hasta este lugar, hasta esta Rohatsu que estamos a punto de terminar y en la que Buda de nuevo abre los ojos a este supremo despertar universal.  Lo hace aquí y ahora de la misma forma que hace venticinco siglos.  Lo hacemos todos nosotros, aunque no lo sepamos, y es bueno que sea así. Cuando el dolor me atenaza y sólo hay dolor, cuando me puede el sueño y el cansancio y sólo hay sueño y cansancio, cuando no hay nada y sólo hay nada, en cada uno de esos instantes Buda mismo despierta una vez más.
Cuando comencé a escribir esto para el blog, al comienzo de esta Rohatsu, dije que no es posible decir que hay sesshines más importantes que otras pero sin duda, esta sesshin Rohatsu, tiene el  sabor del zazen al que cada uno de nosotros es conducido con auténtica compasión.  Es la compasión que emana del acto de Buda  girándose en dirección a la humanidad, esa compasión que se transmite de patriarca en patriarca, de maestro en maestro, hasta llegar a nosotros a nuestra shanga a mi maestro Rafael.
Mañana por la mañana tendremos una ceremonia dedicada a Sakyamuni Buda y entonces la sesshin habrá terminado.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Rohatsu Sesshin 4

La tormenta ha continuado durante toda la noche.  Durante el primer zazen de la mañana, truenos, lluvia, viento, rayos, todos los elementos en acción, la voz del valle, la voz del olivar, la voz de Buda.
Llegados a este punto de la sesshin todo el mundo está cansado.  La voluntad individual ya ha cumplido su función.  Ahora ya no sirve de nada. Ya no practicamos zazen, es zazen que practica zazen a través de la shanga.  La shanga que va marcando un armonioso ritmo, una música delicada que está bajo cada gesto, cada acción individual.  Llegados a este punto de la sesshin es la shanga la que practica zazen, juntos, como decía Raphael el primer día: sin dejar a nadie atrás.
“Ir, ir más allá, ir todos juntos más allá por la orilla del satori.”

domingo, 5 de diciembre de 2010

Rohatsu Sesshin 3



Nadie puede permanecer dormido durante los cinco días de la Rohatsu, nadie puede alimentar sus propios pensamientos, continuamente, durante cinco días.  Tarde o temprano, por algún resquicio, el escenario de nuestra vida se presenta delante nuestro sin tapujos.  Somos sin embargo expertos en ocultarnos, en escabullirnos.  Conocemos la técnica de fabricar profundas madrigueras en las que encerrarnos.  Sin embargo por muy hábiles que seamos al final del camino la muerte nos encuentra, y antes de tocarnos posiblemente nos muestre todo tal como es.
En el dojo, en zazen, en la sesshin podemos tener esta experiencia.  El Maestro Deshimaru decía que si durante zazen entrábamos decididamente en nuestro ataud, aunque fuera una sola vez, ya nunca más nos aterraría la muerte.  En una sesshin como esta de una manera o de otra la muerte en algun momento nos toca levemente en el hombro, tal como hace el kiosaku justo antes de hacer gassho juntos. Es el momento de abrir los ojos y ver, de abrir los oidos y escuchar.  Es posible que entonces la muerte deje de aterrarnos pero sobre todo espero que deje de aterrarnos la vida.

Hoy ha llovido durante todo el día.  Fuerte, débil, muy fuerte, nada, débil….dolor, ,miedo, sorpresa,nada, más dolor, sueño, Mara, ilusiones, todo burbujas, sin substancia. Si de acuerdo, pero que reales parecen a veces. 

sábado, 4 de diciembre de 2010

Rohatsu Sesshin 2

El ritmo, la intensidad de la sesshin Rohatsu no deja hueco, no deja espacio para las opciones personales.  Nos impulsa, nos impulsa, hasta hacer que juntos nos sumerjamos en ese despertar original que estamos conmemorando.
El buda al alcanzar el despertar certificó, inmediatamente, que todos los seres sensibles poseían eso a lo que él había despertado.  Sin embargo en nuestra vida cotidiana empañamos, ocultamos una y otra vez esta verdad universal.  Aquí en la sesshin Rohatsu no hay sitio para las opciones personales por lo que esta verdad emerge espontáneamente a nuestro alrededor a cada instante. Es automático, es natural es inconsciente.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Rohatsu Sesshin 1

El octavo día del decimosegundo mes, al amanecer , el Buda alcanzó el despertar.   En ese momento,  tocó la tierra con su mano derecha y dijo: “En este instante, la tierra, el cielo, las plantas y todo cuanto vive entre la tierra y el cielo han alcanzado conmigo el perfecto y supremo despertar”.  El ocho de diciembre el mundo budista (me gusta muy poco esta expresión de mundo budista) conmemora este supremo despertar universal.  Cada año los días previos a esta fecha son un periodo de práctica intensiva.  En el Zen coincide con la sesshin que conocemos como Rohatsu.  En nuestro templo de Seikyuji celebrarmos esta sesshin cada año junto a Raphael desde el primer momento.
Aunque evidentemente no podemos decir que unas sesshines son más importantes que otras, esta sesshin Rohatsu reune varias características que la diferencian de las del resto del año.  Por un lado la duración, aunque cambia dependiendo de las fechas del puente de la Constitución, habitualmente es de más de dos días y medio.  Este año será de cuatro días y medio.  Por otro la intensidad de la concentración de la práctica en el dojo.  Si en cualquier sesshin la vida del templo se gira en dirección al dojo, en esta aún más.  Todo lo externo al dojo, samu, cocina, limpieza, se reduce al mínimo posible. Y por último el gran número de practicantes.  Es habitual que sea la que, junto al campo de verano, congrege a más miembros de la shanga.  Todo esto conforma una sesshin de una gran intensidad.  Es larga, se acumula la fatiga, el dolor aparece, el frio, la humedad de esta época del año, la confrontación continua con el resto de los practicantes, el sufrimiento físico y mental…, el escenario de nuestra vida se manifiesta delante nuestra sin tapujos y es entonces que podemos observarlo, podemos permitirnos no hacer juicios, podemos permitirnos no elegir.  Es zazen entregado a zazen.  La sesshin Rohatsu es una gran oportunidad de experimentar todo esto.  Quizás por eso la noche antes de su comienzo es dificil dormir.  Quizás es por eso que he comenzado a escibir esto.  Pronto la campana anunciará el comienzo de la jornada, el comienzo de la Rohatsu.  Buena práctica a todos. Os lo deseo desde Seikyuji.